Cantina Mos Eisly: BLAKE EDWARDS
12:01BLAKE EDWARDS. Terminó el Guateque.
Ayer falleció a los 88 años Blake Edwards, artífice de obras maestras como "El guateque"(1968), "La pantera rosa" (1963), "Días de vino y rosas" (1962) o "Chantaje contra una mujer" (1962). Entendemos a Blake Edwards como un director puramente cómico ya que una gran mayoría de sus títulos más memorables pertenecen a este género. Y no sólo las cintas ya mencionadas u otras joyas como "La carrera del siglo" (1965), también por otras menos conocidas como "Micky y Maude"(1984), "10, la mujer perfecta" (1979) o "¿Qué hiciste en la guerra, papi?" (1966). Pero sería injusto no destacar que este autor ha sabido escapar más allá del género cómico regalándonos joyas como "Chantaje contra una mujer" un excepcional film de cine negro y la terrible y magistral "Días de vino y rosas" con Jack Lemmon y Lee Remick.
Blake Edwards siempre ha sabido demostrar, más allá de géneros, un estilo puro, único, repleto de ironía y elegancia. Un autor con un lenguaje muy peculiar que ha sabido transmitirnos tantas emociones a lo largo de más de 50 años.
Parece casi imposible separar a Blake Edwards de su estética clasicista, popera en algunos sentidos, de las siempre impecables partituras de Henry Mancini, de un elenco de actores casi siempre perfecto; en sus películas podemos encontrar a maestros de la interpretación como Jack Lemmon o Peter Sellers, pero también sabía tomar bien las riendas de intérpretes quizás menos aparentes para una de sus producciones como el caso de Dudley Moore, todos ellos sin duda con un resultado excepcional. Otro de sus mayores logros sin duda es la comedia "Víctor o Victoria" (1982) donde con hechos que pudieran resultar trágicos (como la propia circunstancia de la protagonista, su esposa, Julie Andrews) confecciona una optimista comedia musical plagada de diálogos y situaciones hilarantes y fantásticamente bien construidas. Llama mucho la atención también de este filme, que aborde el tema de la homosexualidad a principios de los 80 con esa naturalidad y sencillez, fuera de hipocresías y estupidos discursos baratos más propios del cine actual.
Se va una de las figuras fundamentales del cine norteamericano. Su cine habla por si mismo. Hemos querido recopilar dos momentos (de la infinidad que hay en la filmografía de Edwards) memorable, que para nosotros se han convertido en imprescindibles en la historia del Cine.
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