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El pasado viernes 19 de noviembre se estrenó la penúltima entrega de la épica saga de Harry Potter. Pudimos ver la premiere que tuvo lugar en Londres la semana pasada donde se encontraban Daniel Radcliffe, Ruppert Grint, Emma Watson, John Hurt y otros miembros del reparto (echamos de menos a Alan Rickman y Maggie Smith) y el evento ya anunciaba lo que se avecinaba; en sólo un fín de semana "Harry Potter y las reliquias de la muerte Parte 1" ha conseguido situarse a la cabeza de la taquilla norteamericana. Asistimos a una proyección el pasado sábado y la verdad es que la cinta no nos decepcionó. Si bien es cierto que es la entrega más extraña y de alguna forma la menos trepidante, consigue emocionarte y mantenerte pegado a la butaca las casi dos horas y media que dura.
Para esta primera parte del último episodio da la sensación de que el responsable, David Yates, opta por una narración más intimista, menos espectacular y en ocasiones la puesta en escena puede recordar incluso a una película independiente; muy a tener en cuenta la escena en la que los jóvenes protagonistas van a Londres escapando de sus enemigos (en la que algunas secuencias recuerdan al cine de los años 70).
La banda sonora, que por supuesto no llega a la inspiración del veterano John Williams de las primeras entregas, a manos de Alexandre Desplat (Fantastic Mr. Fox) acompaña perfectamente una historia más seca, más oscura y amarga. Nos llamó mucho la atención que en una escena como en la que los protagonistas son perseguidos a traves del bosque donde parece que pegue una fanfarria u orquestación grandilocuente deciden prescindir de música dándole un aire mucho más impactante, seco y desde luego, efectivo.
Por otra parte, el reparto está bastante en su sitio, se hecha de menos más intervenciones de Alan Rickman (pero es cierto que en la historia original de J.K.Rowling tampoco aparece demasiado en esta primera parte) pero sus protagonistas realizan unas interpretaciones notablemente superiores a los anteriores capítulos. También es cierto que uno no puede evitar pensar que dejar todo el peso en un actor tan joven e inexperto hasta cierto punto como Daniel Radcliffe hay momentos en los que se le queda grande, pero aún así, tanto él como sus dos jóvenes compañeros no te sacan en absoluto de la historia.
No hablaremos demasiado del final, ya que es posible que este post lo lea alguien que aún no haya podido ver la película, pero no podemos evitar subrayar la emoción que nos despertaron esos últimos minutos finales en los que se anuncia claramente que lo mejor está por llegar.
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